miércoles, 6 de octubre de 2010

Estoy completamente absorbida por la poesía de Emily Dickinson

Hoy me voy a comprar la antología "Poemas a la muerte", que el autor Rubén Martín ha hecho de Emily Dickinson. He de confesar que en los últimos días me he acercado a esta autora, con la curiosidad del aprendiz que rebusca entre los clásicos, consciente de la maravilla pero sin esperar la gran sorpresa. ¡Qué ignorante! Estoy completamente absorbida por su honestidad, por su intimidad, por lo directo que va el sentimiento hacia dentro, tan sencillo y tan brutal a la vez. Simplemente emocionante.
Dejo dos poemas preciosos:

EN MI FLOR ME HE ESCONDIDO

En mi flor me he escondido
para que, si en el pecho me llevases,
sin sospecharlo tú también allí estuviera...
Y sabrán lo demás sólo los ángeles.

En mi flor me he escondido
para que, al deslizarme de tu vaso,
tú, sin saberlo, sientas
casi la soledad que te he dejado.


ÉL ERA DÉBIL Y YO ERA FUERTE...


Él era débil y yo era fuerte,
después él dejó que yo le hiciera pasar
y entonces yo era débil y él era fuerte,
y dejé que él me guiara a casa.

No era lejos, la puerta estaba cerca,
tampoco estaba oscuro, él avanzaba a mi lado,
no había ruido, él no dijo nada,
y eso era lo que yo más deseaba saber.

El día irrumpió, tuvimos que separarnos,
ahora ninguno de los dos era más fuerte,
él luchó, yo también luché,
¡pero no lo hicimos a pesar de todo!


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